José Martínez Olivares

Este veroño, preludio del otoño que viene, se presenta con temperaturas más altas que las habituales y lluvias intempestivas que, pese a le escasez, son más indeseables que benéficas; ya tenemos cerca el otoño y el veranillo de san Miguel que lo anuncia. Adelanto el paso en mi camino matinal por la Misericordia al escuchar en la radio que, pese a que la Constitución prohíbe los indultos generales, el Ejecutivo del PP que presidía José María Aznar, con Acebes de ministro de justicia, aplicó en el año 2000 la medida de gracia a 1.443 condenados bajo el pretexto de que el Vaticano había pedido gestos por la reinserción de los presos. Uno más que los soberanistas encausados, 1442, a los que la PRESUNTA medida de gracia favorecería y que en palabras de ese paladín de la democracia llamado Aznar, considera como “un acto contra los cimientos de España” y acusa al Gobierno de “autocrático” Las recetas y las consejas para ser tomadas en consideración deben de ser dictadas por alguien con estatura moral y cuya trayectoria limpia y sin tacha fuera ejemplarizante. Las hemerotecas sirven para emitir juicios y valoraciones sobre los protagonistas de la esfera pública y Aznar no es modelo, ni para ser referente de la sociedad, ni debería ser para los propios. ¡Pobre Feijóo! Vaya papelón el suyo.

156 Algunos hombres buenos

 

Feijóo apelaba, tras ser nominado a la investidura, a algunos socialistas buenos y con sentido patriótico que fuesen capaces de saltarse los dictámenes del partido y que se abstuvieran para facilitar su investidura. Algunos han acudido presurosos a abrazarse a sus tesis en defensa de la unidad de España y en defensa de la Constitución. Todos los días nos desayunamos con artículos y declaraciones de socialistas de carné, pero con espíritu conservador que hace tiempo que desertaron de las ideas que alumbra el socialismo y abrazaron con fe de carbonero el conservadurismo que afecta primordialmente a los instalados. Ya se sabe que el revolucionario en la juventud se torna conservador en la madurez; porque de joven se tiene corazón y de mayor, la razón sosiega a los justos de corazón. No a todos afortunadamente; eso es lo que decía Churchill que era conservador desde la cuna. Recuerdo que con motivo del congreso de Suresnes de entre los días 11 y 13 de octubre de 1974, ante la renuncia de Nicolás Redondo, se postuló al joven Isidoro como secretario general al ser más de izquierdas que aquel y que Pablo Castellanos. Mucho tiempo ha trascurrido desde aquel congreso en el que entre otras cosas se pedía la autodeterminación de los pueblos de España y mucho se ha moldeado Felipe que, en el año 1979 durante el desarrollo del XXVIII Congreso, en mayo, propuso la renuncia al marxismo; la respuesta fue rechazada y González no aceptó el cargo de Secretario General, por lo que la dirección del Partido tuvo que ser asumida por una Comisión Gestora. En septiembre se celebró un Congreso Extraordinario en el que se abandonó definitivamente los postulados marxistas y se aceptó el socialismo democrático como ideología oficial. Felipe González volvió a ser elegido Secretario General. El 30 de mayo de 1982 entramos de entrada, no, en la OTAN, organización denostada entonces por las izquierdas por considerarla una organización al servicio del imperialismo americano. Ante las protestas, se organizó un referéndum de adhesión en marzo de 1986 que ratificó la propuesta de permanencia. Felipe se había convertido en un pragmático que moldeaba a su gusto la política que en muchos casos iba en contra de las ideas del partido. Como en 1996 con los contratos basura, que costó la segunda de las cuatro huelgas generales convocadas por los sindicatos. En 1985 inició la venta de empresas públicas que prosiguió Aznar y que culminó en 2007 con más de 120 empresas vendidas que convirtió a España en el país de la Unión Europea que menos personas empleaba en sus empresas públicas, con tan solo el 0,8% de todos los trabajadores. Es casi tres veces menos que Italia, cinco menos que Portugal y cerca de nueve inferior a Francia. No voy a entrar en otros aspectos que enturbian su imagen, pero que afectan al partido y yo, a diferencia de otros, soy leal. Sí señalaré que tanto Felipe como Aznar fueron consejeros de Endesa, una de las empresas nacionalizadas y que, ante el clamor, el primero dimitió y se fue disolviendo entre las trastiendas del poder.

 

Pertenecer a un partido político no es solo pagar las cuotas, sino implicarse en la organización, cumplir con los principios e ideologías que lo significan y ayudar a los objetivos que lo alumbran. Como partido democrático, las ideas y propuestas se desarrollan y debaten en el seno del partido y las tesis ganadoras se defienden y se hacen propias. La lealtad al partido debe de ser la norma ética para seguir y la deontología impide atacar a los compañeros y al programa del partido. Si no se está de acuerdo con estos principios, es muy fácil: salir del partido y militar en otro que sea más afín. Pero llevar el resentimiento, producido por la derrota de tus tesis o la no asunción de tus propuestas, a otros cenáculos y medios ajenos para atacar a tus compañeros y al partido es, en el mejor de los casos, deslealtad y, en el peor, traición a los tuyos y a las ideas.

 

Con motivo de la expulsión del partido de Nicolás Redondo Terreros, a buenas horas mangas verdes, dicen en mi pueblo, pues en realidad hace mucho tiempo que está fuera de onda y del partido, Felipe González ha dicho que él no expulsó del partido a su padre, que le hizo una huelga general. Su padre tenía una estatura moral siete palmos por encima del hijo y además era en aquel entonces Secretario General de UGT y como tal, pese a ser diputado, la firmó.

 

Es curioso a la par que patético que los mismos que se significaron en la defenestración de Pedro Sánchez en 2016, acudan ahora en tromba a defender las tesis del PP con motivo de la posible investidura de aquel con el apoyo de los nacionalistas. Para ser consecuentes, debían de acudir al mitin farsa del PP dos días antes de la imposible investidura de Feijóo, que es una manera de asumir, no sé sin pretenderlo-es tan torpe-la próxima investidura de Sánchez. Y también significativo, la santa indignación y la confraternización por la expulsión de Redondo de los más significados Barones del PP que en su momento aplaudieron la defenestración política de Casado. Dime quienes son tus amigos y te diré el número que calzas.

 

La traición 2

 

Aguardaron la proclama del sayón

Para desenvainar las dagas,

Aquél que fue el Cid Campeador,

Y hoy navega su derrota en otras aguas.

 

No perpetraron su infamia con la mayor sutileza,

Atropellando con estampida de bueyes,

Porque no auxilia a la traición la belleza,

Y no es de malnacidos la nobleza de los reyes.