José Martínez Olivares
Nos acercamos al otoño y los días se acortan visiblemente, aunque por estos lares el calor sigue haciendo acto de presencia. Mi amigo Joaquín Domingo, tristemente malogrado, siempre decía que a ciertos personajes hay que dejarlos que se cuezan en su propio jugo e ignorarlos hasta cierto punto ya que, cuando entren en agraz, explotarán. Eso le ha pasado a Rubiales, eso le está pasando a Feijóo, aunque lo suyo es más consecuencia de la aplicación del principio de Peter que de su condimentación: ya ha llegado al nivel máximo de incompetencia, y le sigue pasando a Aznar que ahora está en ebullición.
154 El hombrecillo insufrible
Ya hace más de 20 años de la foto de las Azores. Una imagen en la que un hombrecillo con bigote se había hecho un hueco entre Bush junior y el líder de los laboristas británicos Tony Blair, que por su gesto denotaba malestar. Pero la sonrisa del hombrecillo insufrible era la del personaje satisfecho que presume de sus poderosos amigos, pese a quien pese. Y sí que pesó. La foto de afirmación de la guerra contra el monstruo Sadam Hussein, el de las armas de destrucción masiva virtuales -todavía no las han encontrado-se saldó con un número de personas muertas que fluctúan entre más de ciento cincuenta mil a más de un millón de personas, según fuentes. El costo financiero de la guerra ha sido estimado en más de 4 500 millones de libras (9 000 millones de dólares) para el Reino Unido y más de 845 000 millones de dólares a los Estados Unidos, además del atentado terrorista del M11 de 2004 en Madrid y el 7-21J de 2005 en Londres y, geopolíticamente hablando, un desastre para Oriente Medio; la destrucción de un país como Iraq que ejercía de agente del equilibrio político y militar de la zona. Pero claro, el lobby armamentista norteamericano y las petroleras se forraron. Como siempre, los americanos, tras la hecatombe, hicieron fuuú como el gato y, muerto Bin Laden, se dieron el piro de Afganistán, dejando a su suerte a un pueblo masacrado.
George Bush, y a su modo Tony Blair, lamentaron la intervención, pero el hombrecillo insufrible todavía habla de conspiraciones políticas no gestadas en lejanos desiertos como los causantes del atentado de Atocha y jura por los muertos, no los suyos claro, que no se encontraron huellas de armas de destrucción masiva, pero haberlas hailas.
De lo que no hay dudas es del enorme aumento del patrimonio del líder y de sus cientos de crónicas y conferencias con ese inglés macarrónico que hace daño al oído, como lo fue el acento mexica tras una rueda de prensa en el rancho de “Yorch Bas”. Decía mi abuela que la cara es el espejo del alma, y la jeta del hombrecillo denota su estatura moral. Pero eso no es óbice ni cortapisa para que vaya dando lecciones de ética política y ejercer de consejero a las élites de su partido.
Todos somos dueños de nuestros silencios y deudores de nuestras frases. El hombrecillo insufrible ha dejado frases para la historia que denotan sus vaivenes políticos que están también en consonancia con su carácter ciclotímico:
„A mí no me repugna en absoluto una tendencia federalizante en nuestro país… Reconozco que en esto hemos evolucionado (en el PP) y yo mismo he contribuido a ello… No digo que el PP vaya a hacer una propuesta federal en este momento, lo cual no sería estrictamente constitucional. Lo que sí es desarrollo constitucional es una tendencia federalizante y eso es muy positivo“ (5-2-96)
„He autorizado contactos con el Movimiento de Liberación Nacional Vasco“ (4-11-98).
„Augusto Pinochet me parece un personaje que pertenece a la historia de Chile y a su modelo de transición política“ (4-2-98).
„Thatcher y Reagan cubrieron bien una etapa y demostraron que sus políticas eran acertadas“ (15-3-93).
„O gobierna el PP o habrá un riesgo real para el futuro de España con una coalición de pancarteros, comunistas e independentistas que todas las mañanas desayunan galletas de rencor y de odio y quieren romper España“
Esta última frase pronunciada en su época de presidente del gobierno, por su carácter prospectivo es la que mejor cuadra con su sentido preventivo de la historia y que sigue compadeciéndose con las palabras que pronunció. Ayer proclamó la defunción de España y equiparó el que él llama “¡basta ya! a la amnistía” con el rechazo en su día a ETA. No podía faltar el invitado de siempre. Aznar llama al levantamiento social en defensa de la Constitución y lo dice un hombre moralista y ejemplar que pertenecía a un partido que votó con 8 síes, 5 noes y tres abstenciones a la Constitución que ahora sacraliza. A este ex presidente poco ejemplarizante, que va de malvado por la vida, que habla catalán en la intimidad, no le cuadra ni la Constitución ni la democracia.