José Martínez Olivares
20-03-2024
El 30 de junio de 2003 en la Asamblea de la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, el político del PSOE que había ganado las elecciones comunitarias se movía nervioso en su escaño en espera de la segunda votación en la que sería sin duda elegido presidente de la Comunidad de Madrid. Pero saltó la sorpresa: dos parlamentarios electos del PSOE (Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez) impidieron con su abstención la investidura de Simancas. Pobre Rafael y pobre Madrid que perdió la dignidad y ganó a cambio 18 años de corrupción devastadora. Esperanza Aguirre ganó los nuevos comicios ante la abstención generalizada de los votantes de izquierda. Aunque dicen que Roma no paga a traidores, indudablemente que los judas recibieron sus buenas monedas de plata. Parangonando a Vargas Llosa, que dijo aquello de “así se jodió el Perú”, desde el Tamayazo se jodió Madrid.
Nunca se compró una plaza tan barata, aunque la factura la siguen pagando los madrileños y la bolsa de unos pocos se sigue llenando con los frutos de una corrupción generalizada (caso Cementerios, Guateque, Gürtel y su derivada Kitchen, Lezo, Porto, Púnica, Chamartín…) En un sistema corrupto hay que tapar muchas bocas, y alimentarlas claro. Esperanza Aguirre, acosada por los casos provocados por sus príncipes/rana, tuvo que dimitir en su segundo, Ignacio González, el del ático de Marbella, que tuvo a su vez que dimitir al ser encarcelado por el caso Lezo. Cifuentes fue más humilde y dimitió por el máster y robar unas cremas en un supermercado. Son los antecesores de IDA, esa nueva plaga bíblica que se cierne sobre Madrid y que los madrileños, en una nueva demostración de masoquismo (cuanto más me pegues, más te quiero), votaron y que ahora muchos quieren botar en defensa propia. “Madrid me mata” era el grito de guerra de los protagonistas de la movida. Hoy a Madrid, ya herido, lo están matando la política y el populismo de la frutera de Chamberí.. Tras una insumisión prolongada, IDA, la apuesta de Casado, la supuesta dama de hierro de nuevo cuño, que sin embargo es de hojalata, ha logrado, tras un discurso en el que tilda de autoritario al gobierno de Pedro Sánchez, hacer creer a los ciudadanos que ella es la heroína que lucha contra los molinos que amenazan nuestras libertades.
Pero la percepción está cambiando y tras la repetición cíclica de hechos susceptibles de nepotismo y corrupción, la opinión pública está cambiando y los argumentarios de su Rasputín MAR están cayendo en el descrédito. La santa rebelde, que formuló un protocolo que condenó a muerte a miles de jubilados en las residencias de mayores y que miró de soslayo cuando su hermano se forraba a manos llenas con las mascarillas; antes había sorteado un crédito no devuelto de su padre y otro a su madre y a su ex. Ahora su único delito según MAR es haberse enamorado de un hombre que, pobre él, ha pegado un pelotazo de 2 millones de € tras la venta de mascarillas en plena pandemia. Algo normal en un emprendedor y al que los envidiosos no perdonan que se haya comprado un Maserati y un ático de 2 millones, además de llevarse al huerto a la frutera. Un técnico sanitario que solía ser mediador en negocios con el grupo Quirón, esa sociedad sanitaria que facturaba 20 millones con la Comunidad de Madrid y ahora ha pasado a 500 millones. No olvidemos que Quirón en su día adquirió a Capio que, tras el affaire de los hospitales de Madrid, colocó como consejeros a Lamela y Güemes, consejeros de sanidad de la comunidad, y que, si contamos con Laskety, antiguo consejero de la Santa, forman la trilogía de la privatización sanitaria de la Comunidad de Madrid. Pero todo esto del emprendedor enamorado, solo sería reprochable éticamente hablando; lo malo es que ha defraudado a Hacienda, declarando en falso y creando una red de testaferros y empresas pantalla. Y lo peor es que la santa afirma que es todo mentira y es una conspiración de Pedro Sánchez.
Eso ya no cuela, señora Isabel: si anda como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, es un pato. Y que me perdone IDA y sobre todo su Rasputín Mar, aunque yo no dependo de ningún medio ni empresa que pueda extorsionar con amenazas. Casado quiso iniciar una cruzada contra ella y fue defenestrado por osar luchar contra la corrupción. Luego Feijóo, el que aprovechó el momento para ocupar su sillón, le echará las culpas al gobierno acusándolo de irresponsable y de no tomar las decisiones en su momento. Ya están los equidistantes preparando los argumentarios que nos hablarán de los políticos irresponsables y de la falta de capacidad de dialogar de unos y otros. Pobre Madrid que te quedas sin gente.
Siempre se ha hablado de la doble moral y la hipocresía de la derecha. El moralismo no tolera las contradicciones porque se fundamenta, precisamente, en su ocultación. Por eso no está mal elegido el lema que resume la hipocresía moral: «vicios privados, públicas virtudes» de Mandeville. Isabel Díaz Ayuso dice que ha habido una intromisión en su vida privada, pero cuando la vida privada invade a la pública, es un derecho de los ciudadanos conocerla y desvelar la doble moral de los servidores públicos.